Mi Mamá Vive en mi Corazón

Mi Mamá Vive en mi Corazón

Mi mamá vive en mi corazón


Desde la escuela nos enseñan que el ciclo de la vida es nacer, vivir y morir. Pero esa última etapa es difícil de entender. Conocemos la palabra muerte y probablemente la entendamos pero nunca seremos capaces de asimilarla y mucho menos estamos preparados para afrontarla.


Mi mamá no murió, se quedó en mi corazón y permanece en mi memoria


No queremos pensar que te has ido a pesar del vacío que te queda; solo queremos ver que te has quedado dormido y que el despertar del sueño te has olvidado.


No queremos pensar en la tristeza o el dolor en el que nos has sumergido: queremos disfrutar de la belleza que hemos tenido con solo tenerte.


Para tu familia fuiste el gran pilar en el que siempre pudimos apoyarnos. Nos enseñaste tu humanidad y siempre tuviste tiempo para amarnos.

Mamá tu recuerdo siempre vivirá entre nosotros


Para tu esposo, un hombre ejemplar, porque nunca ha dejado de quererte y sabes que aunque no vuelvas jamás él podrá olvidarte.


Para tus nietesitos fuiste el motivo de un tierno amor, que culmina con el amor y ellos siempre sentirán dentro de ellos la voz amable de su fiel "abuelita".


No te has ido, aquí siempre estarás dispuesto a intervenir para ayudarnos y en ese "cielo" nos harás un lugar para que algún día nos volvamos a encontrar.

Si tu mamá esta viva valórala porque 


Después de que nuestros padres mueren, los vemos. Nos damos cuenta, quizás por primera vez, de todo lo que hicieron por nosotros cuando éramos niños. Para algunos de nosotros, cuando nos convertimos en padres, apreciamos los desafíos que nuestros propios padres deben haber atravesado.


Obtenemos una nueva perspectiva de sus vidas. Si enaltecíamos a nuestros padres y madres cuando éramos pequeños, ahora de mayor vemos sus defectos e fallas. 

En el caso de fallecer uno de los padres, por ejemplo a su madre, existe una gran oportunidad para aprender más sobre ella desde la perspectiva y las experiencias de su padre sobreviviente.

Cuando nos hacemos más mayores, nuestra relación con nuestros padres cambia y continúa. Antes de que un padre se vaya, comprendemos intuitivamente que algún día morirá. 

Pero comprender y pronosticar no nos prepara para el dolor que sentimos cuando, como adultos, perdemos a un padre.


Al reflexionar sobre la memoria de su ser querido, ya sea que esté solo o con un padre sobreviviente como se mencionó anteriormente, está comenzando el viaje por las etapas familiares del duelo.

- Si este artículo te fue útil, apoyanos compartiendo en tus redes sociales favoritas y de esa manera también incentivando a tus amigos que crees les pueda interesar a que nos lean.