Una reflexión que es sumamente normal en este gran público, y que puede haber trascendido, o para alguien que conoces. VALE LA PENA LEER ...
El verdadero amor es asunto de almas, no de cuerpos
Hace bastante tiempo hubo una "señorita regordeta"
que se enamoró frenéticamente de un niño en forma y encantador. En el
aislamiento de sus lofts, en el vehículo en una entrada trasera en penumbra y
en todas las posadas tuvieron relaciones sexuales y tuvieron relaciones
sexuales. Sin embargo, nunca durante un año la llevó a un centro de recreación,
a comer o simplemente al cine.
Ella lo escuchó negárselo a sus compañeros y se molestó. Sea como fuere, cedió cuando se sintonizó con ellos te amo en su oído, cuando sintió sus manos o cuando sus labios la calmaron cuando lloraba luchaba. Un buen día, la joven se agotó y decidió irse sin pensar en ello. Pasaron por medio año de tormento en el que ambos, al caer la tarde, bebieron sus lágrimas e intentaron tomar asilo en diferentes cuerpos, pero no sirvió de nada.
El niño ya no pudo soportar el
vacío en su corazón e invitó a salir a sus compañeros. Allí, en una mesa, les
hizo saber: "Necesito consejo, estoy enamorado como en ningún otro momento,
de una dama poco común pero no ideal para los ojos de nadie".
Les admitió de quién estaba enamorado y lo exhortaron sorprendentemente a ignorar a las personas y buscarlas. El niño subió a su vehículo y voló a su loft. Golpeó la entrada y sorprendentemente encontró a una señorita más delgada, más preparada... Más excelente. Se inclinó y pidió perdón. Él lloró durante bastante tiempo sin cesar y ella se lo hizo saber ...
“Estoy desconsolado, mientras me fui porque realmente no era suficiente para ti, vino alguien a mi vida que en lugar de huir y escudriñarme, me mostró cómo cuidarme y por un tiempo me sostuvo para hacer ejercicio. Nunca me hizo caso omiso. Actualmente tengo a un hombre cerca.
Un hombre total que vio lo mejor de mí. Mucha suerte”. Ella cerró la entrada y lo dejó allí angustiado, de manera similar mientras lo languidecía durante las noches incesantes.
Moraleja:
"En la remota posibilidad de que ames a alguien, te alegrarás de que todos lo sepan y nunca lo harás soportar". "El afecto genuino involucra espíritus, no cuerpos". Esa es la razón por la que las influencias que dependen de las estructuras físicas son momentáneas. Aparecen arrugas, un par de kilos de más o menos y no hay más cariño...
El verdadero amor es
Eso no es amor, es una
fascinación atractiva impuramente que depende del exterior, sin profundidad ni
poder. En todo caso, para el afecto genuino no hay altura, edad ni apariencia,
se trata de una cuestión de alma a alma, se trata de apreciar la vitalidad que
emana del otro, a la luz de que esa vitalidad es el contorno de todo lo que el
individuo está adentro. Para ese tipo de sentimiento no hay separaciones ni
tiempo. Esa adoración no se sofoca ni siquiera con la muerte.
