
Después de aceptar que ya te habías ido, de mirar todos esos recuerdos que me dejaste y que hoy atesoro como nunca, ahora que ya las lágrimas desaparecieron y comienzo a divertirme como antes, necesito escribirte para que sepas una sola cosa: te extraño.
Miro nuestras fotos y sé que jamás volveré a sentirme como cuando estabas aquí,
cuando yo era muy amada. Sin embargo, sé que me miras todos los días, que me
cuidas y me proteges desde allá arriba, donde sé que te sientes mejor, eres
feliz y donde todo es paz y tranquilidad.
Carta a mi ángel que está en el cielo
Así que sólo por eso, he decidido seguir adelante con mi
vida sin derrotarme o sentarme a llorar, porque es difícil ahora que te has
ido, sin embargo, pensar que estás en un lugar mejor es mi consuelo.
Por otro lado, las cosas aquí no han cambiado demasiado.
Vivo en el mismo lugar, todo parece igual, pero por alguna razón siento que
jamás será como antes, porque en todo lo que hago, en todo lo que digo y en
cada uno de mis movimientos, siento que estás aquí.
Por alguna razón, las tareas cotidianas más simples me recuerdan a ti, así que
platico contigo todo el día, largo y tendido como cuando nos teníamos el uno al
otro. Ahora que eres mi ángel sé que es correcto hablarte, que me escuches y
que me acompañes a todas partes, pero aún necesito verte, tocarte y sentir un
abrazo tuyo.
Te extraño mi ángel del cielo
Sé que no debo renegar de la vida, que las cosas tienen su
propio camino y no debo cuestionar al destino, pero me molesta haberte perdido,
porque no importa si era el momento o no, yo simplemente jamás habría estado
preparada para dejarte ir, para nunca más verte, cuando eras parte de mi mundo,
y dentro de mi mundo las personas favoritas deben quedarse para siempre.
Aún me quedaba mucho por aprender de ti, de tus pláticas, de tu sabiduría, y
sobre todo de tu gran corazón, aquel que un día dejó de latir, pero que en vida
me llenó de cariño y mucha alegría.
Aunque te extraño, aunque me molesta haberte perdido, y
aunque nunca estaré contenta con haber visto partir, sé que debo ser fuerte. Tu
me enseñaste a nunca rendirme y ni dejar de sonreír. Así que aunque me haya
faltado tiempo de disfrutar tu increíble compañía, no me arrepiento de cómo
pasaron las cosas.
Mi sentimiento hacía a ti mi ángel es eterno
Te recuerdo cada día mi ángel
Por eso desde acá, desde nuestro lugar secreto, te mando
todos los abrazos que no alcancé darte, porque aunque fueron muchos, tal vez
jamás serían suficientes. Te mando mis sonrisas y todas mis alegrías, todo lo
hermoso que poco a poco voy conociendo de la vida, todo lo que llena mi corazón
de buenos deseos. Yo nunca te olvidaré, por eso puedes tener la certeza de que
siempre estarás en mi corazón.
Te extrañaré en los domingos de familia y todas las navidades, te necesitaré el día de mi boda y cuando me entere de que seré madre, esos días estoy segura que te extrañaré más que nunca, porque incluso en los días más normales y cotidianos ya te extraño tanto. Fuiste y serás por siempre un modelo a seguir, así que gracias por darme tanto y perdón si yo te dí tan poco.
Te estaré esperando feliz hasta el día que la vida nos vuelva a unir. Seremos
amigos por siempre, te lo prometo. Con amor, quien más te extraña y adora en
este mundo”.