
Todos experimentamos muchas pérdidas a lo largo de la vida, pero la muerte de un ser querido no tiene igual en su vacío y profunda tristeza. Su mundo se ha detenido. Puede citar la hora exacta a la que falleció su ser querido. Está marcada en su memoria y grabada en su alma. Hay momentos en que parece extraño que el mundo continúe como si nada hubiera sucedido, cuando el mundo de usted se ha puesto de cabeza.
Su vida continúa, pero usted no tiene seguridad de por qué.
Una vida diferente está frente a usted, una en la que su ser querido no estará
físicamente presente. Por mucho que las personas lo intenten, nadie puede
encontrar palabras para hacerle sentir mejor o hacer que desaparezca este
dolor. Sobrevivirá, aunque no tenga seguridad de cómo o incluso si lo desea.
La muerte de un ser querido nunca se supera
Las 5 etapas del duelo
El duelo y el alivio anticipados son solo 2 de los
visitantes inesperados que a veces sentimos después de una pérdida. Después de
que nuestro ser querido muere, a menudo pasamos por etapas.
Las 5 etapas de aflicción negación, enojo, negociación,
depresión y aceptación son parte del marco que nos ayuda a aprender a vivir
sin la persona que perdimos. Son herramientas que nos ayudan a enmarcar e
identificar lo que podemos estar sintiendo. Las etapas no son estaciones en la
línea de tiempo en el duelo de una pérdida. No todos pasan por todas ellas o en
un orden prescrito. Las etapas de la pérdida han sido ampliamente utilizadas y
mal utilizadas, pero son muy útiles para darnos una idea del desconocido
terreno de la pena, lo que nos hace estar mejor equipados para hacer frente a
la pérdida.
1. Negación
Cuando se ha perdido a un ser querido, la negación es más
simbólica que literal. Esto no significa que literalmente no sepa que su ser
querido ha muerto. Significa que vuelve a casa y no puede creer que su esposa
no vaya a entrar por la puerta en algún momento, o que su marido no esté en un
viaje de negocios. Simplemente no puede comprender que nunca volverá a cruzar
esa puerta. La persona en negación en realidad está afirmando que al momento de
suceder, es demasiado para que su psique lo absorba.
2. Enojo
La etapa de enojo puede presentarse de muchas maneras
diferentes y no tiene que ser lógica o válida.
Puede sentir enojo hacia su ser querido que no se cuidó
mejor o enojarse porque no lo cuidó mejor.
Puede que sienta enojo porque no vio venir esto, y cuando lo
hizo, ya nada podía detenerlo.
Puede sentir enojo con los médicos por no poder salvar a
alguien tan querido para usted.
Usted puede sentir enojo porque la pérdida y la muerte le
sucedieran a alguien que significó mucho para usted.
También puede sentir enojo porque lo han dejado atrás y los
dos deberían haber tenido más tiempo juntos.
3. Negociación
Antes de una pérdida, usted siente que haría cualquier cosa
si solo pudiera salvar a su ser querido. "Por favor, Dios", negocia,
"nunca más me enojaré con mi esposa si la dejas vivir". Después de
una pérdida, la negociación puede tomar la forma de una tregua temporal.
"¿Qué pasa si dedico el resto de mi vida a ayudar a otros? Entonces,
¿puedo despertar y darme cuenta de que todo esto ha sido un mal sueño?".
4. Depresión
Después de la negociación, nuestra atención se mueve
directamente hacia el presente. El vacío se presenta a sí mismo, y el duelo
entra en nuestras vidas en un nivel más profundo, más profundo de lo que nunca
imaginamos.
Esta etapa depresiva se siente como si durara para siempre.
Es importante entender que esta depresión no es un signo de enfermedad mental.
Es la respuesta adecuada a una gran pérdida. Podemos retirarnos de la vida,
preguntándonos si hay algún motivo para seguir solo. ¿Por qué seguir?
5. Aceptación
La aceptación a menudo se confunde con la noción de estar
"bien" con lo que sucedió. Este no es el caso. La mayoría de las
personas nunca se sienten bien acerca de la pérdida de un ser querido. Esta
etapa consiste en aceptar la realidad de que nuestro ser querido se ha ido
físicamente y esta nueva realidad es la realidad permanente.
Podemos dejar de estar enojados con Dios. Podemos tomar conciencia de los motivos de sentido común de nuestra pérdida, incluso si nunca entendemos realmente las razones. Por supuesto, fue demasiado pronto para nosotros, y probablemente demasiado pronto para él o ella también. Quizás tenía una edad muy avanzada o tenía mucho dolor y enfermedad.
Tal vez su cuerpo
estaba gastado y estaba listo para que su viaje terminara. Pero nuestro viaje
aún continúa. Todavía no es hora de que muramos. De hecho, es hora de que
sanemos.